Hotel&Spa Ciudad de Binéfar****

Mi objetivo era coronar el Castillo de Monzón. Llevo varios años pasando por la autovía hacia Huesca y lo veo desde el coche. Siempre me digo que debo buscarme la excusa para subir hasta allí y esta será la ocasión.

El hotel Mas Mozón está completo, excepto una Suite por 180 euros. Eso es inviable por lo que al buscar hoteles similares por la zona, creo que la mejor opción es el Hotel&Spa Ciudad de Binéfar.

Habitación 67 euros. Desayuno 10 euros. Parking 10 euros. 

No me gusta coger parking en los hoteles. Me da rabia. Pero como el hotel está céntrico y voy a tener que entrar y salir varias veces por trabajo, creo que merece la pena.

El parking es cómodo y sencillo. Con acceso directo al hall del hotel.

Una señorita me atiende muy amablemente en recepción. Me comenta los horarios y las restricciones así como el truco del ascensor para subir a la habitación.

Al entrar, mi primera sensación es que la calefacción me sobra. También me llama la atención la gran cantidad de luces, tanto en colores como en formatos. Encuentro el panel de control y empiezo a jugar con los botones para ajustar la luz y la temperatura a mi gusto. No resulta ni fácil ni evidente.

Del baño no me gusta que no hay ventilación forzada. Me resulta gracioso, sin embargo, una cortina eléctrica que al subirse permite ver el interior de la ducha desda la cama. Perfecto para practicar el voyeurismo.

La wifi va bien y me permite trabajar un poco.

He quedado para cenar y luego ir un rato a trabajar con nocturnidad. 

En Aragón cierran a las 20:00 los restaurantes por la situación sanitaria. Tomamos unas cervezas y una hamburguesa en la terraza del hotel Mas Monzón a toda velocidad. El ketchub le ha hecho un flaco favor a la burguer.

Tras la jornada laboral nocturna de un par de horas me vuelvo al hotel.

La cama es grande, las almohadas vaporosas. 

Al apagar la luz en busca del sueño me doy cuenta que la estancia, a oscuras, es como una discoteca. 

La tele tiene una luz azul. Hay dos pilotos rojos intermitentes (los de incendios, imagino), mi cargador del móvil también brilla así como el panel central de control de calefacción y una luz bajera en el pasillo.

No consigo dormir bien, pero eso no me impedirá conseguir mi objetivo, el Castillo de Monzón y sus alrededores.

Me levanto a por el desayuno de buffet. Un revuelto con bacon, unas pastitas y café con leche. Lástima que el zumo es de bote.

A las 8:00 he quedado con mi guía, A.C. (no me está permitido delatarle). Me ha prometido un circuito trail con inicio por el castillo y recorriendo las lomas de las laderas que lo voltean.

No voy con mis zapatillas de trail, pero lo voy a compensar con un gel de esos para untarme las piernas y entrar en calor. Aunque para A.C. los 7 grados es temperatura elevada, para mi es un frescor importante.

Desde el punto de encuentro encaramos una fuerte pendiente que nos lleva al castillo. 

A partir de ahí el recorrido son caminillos, sube bajas, unas escaleras  y sobre todo priman las vistas, desde lo alto, de los alrededores.

Un circuito intenso de fuerza que he disfrutado en gran medida y que agradezco enormemente haberlo recorrido.

nota: el reloj me ha recortado 1,4 km. El recorrido era de 9 km.

Y ahora pasemos a las calificaciones!!

Aparcamiento: 8. Estaba bien pero no deja de ser 10 eurazos

Recepción: 10. 

Habitación: 7. 

Baño: 7.

Cena: 5. El hotel tiene un menú por 12 euros con buena pinta, pero no he tenido ocasión de disfrutarlo. Quizás en un futuro cercano.

Experiencia de Sueño: 4. creo que la Burguer y las tres cervezas no ayudaron.

Desayuno: 7.

PROMEDIO HOTEL:6,9.

EXPERIENCIA RUNNING: 8,5

MEDIA FINAL: 7,7